viernes, 19 de septiembre de 2008

Reseña: Escobar Guzmán, Brenda. La Guerra de los Mil Días vista a través de las memorias. En: “Ganarse el cielo defendiendo la religión. Guerras civil

Resumen: La Guerra de los Mil Días se presenta como una de los conflictos civiles y políticos más prolongados y sangrientos en la historia de Colombia. A su ves, se encuentra enmarcado en un momento histórico particular, y como tal, representa un hecho de transición y transformación en la vida política del país. El siglo XIX es un periodo de agitadas transformación en la consolidación de nuestra Republica: la independencia, la patria boba, la Gran Colombia, la Nueva Granada, la Republica Liberal, la hegemonía Conservadora, y para finalizar esta larga lista de formas políticas que estuvieron sucedidas y atravesadas por complicados momentos de agitación y guerras: la Guerra de los Mil Días sucedida por la perdida de panamá.

La Guerra de los Mil Días no es sólo un conflicto de carácter político, pues si bien es un conflicto bipartidista, en su interior, estallan problemas sociales, como el conflicto por la tierra entre campesinos y colonos en las regiones del Tolima, y otros elementos como el déficit fiscal que presentó la caída mundial en los precios del café –primer producto de la economía interna- y la devolución de la moneda. Frente a un suceso tan largo, y de tan compleja naturaleza. Nuestra historiografía a priorizado la construcción del suceso a partir de la perspectiva de las memoria de los grandes dirigentes de la guerra. En este sentido, Brenda Escobar realiza sus tesis de grado[1]; haciendo un cuidadoso análisis de la historiografía de las memorias de la guerra.

Brenda Escobar hace un importante aporte con respecto a este tema: establece una clasificación de las memorias; sistematizándolas de la siguiente manera: una primera oleada, que corresponde a las memorias de la primera década del siglo XX; y, una segunda oleada, en la década de los años treinta. Las primeras están llenas de acusaciones, reclamos, declaraciones, rectificaciones y respuestas entre las principales figuras de la guerra. Lo que se explica por las divisiones internas de los partidos. Este primer grupo de memorias se extienden hasta la primera década después de finalizada la guerra. La segunda oleada, aparecen durante los años treintas y cuarentas, y sus narraciones obedecen a una reorientación histórica de lo que fue el conflicto, en primera instancia por el advenimiento al poder de los liberales, que se ensañaron en rectificar lo que se había construido como memoria histórica de la guerra. Era una especie de rectificación histórica que se sostenía, que la guerra había rendido sus frutos treinta años después con el triunfo electoral entorno al prócer liberal Olaya Herrera. A propósito de esto Escobar apunta: “los liberales parecen tener pretensión de reescribir el pasado para construir una nueva memoria colectiva, una nueva historia nacional que sea coherente con los intereses del nuevo gobierno. Ellos deben construir un nuevo “nosotros”, una nueva nación que sea liberal. Para ello revisan el pasado y exaltan de él los momentos que más se vinculen con su historia”[2].

Revisión de contenido y análisis: El marco conceptual y teórico desde el que la autora aborda este problema, es proporcionado por la noción de memoria como testigo o fuente, elaborado por Hayden White[3]: “la narración surge del deseo de que los acontecimientos reales revelen coherencia, integridad, plenitud y cierre de una imagen de la vida que es y sólo puede ser imaginada (…) cada narrativa, por aparentemente “completa” que sea, se construye sobre la base de un conjunto de acontecimientos que pudieron haber sido incluidos pero se dejaron fuera”[4]. De esta manera, la autora elabora una definición para su problema de estudio:“Las memorias es una narración de acontecimientos del pasado en los cuales el autor ha participado. Ahora bien, como es una narración, los acontecimientos contados tienen un determinado orden: memoria dispone de acontecimientos por etapas (inicio, nodo y desenlace)”[5]. Y continua: “la narración así como la historia nunca conseguirán informar sobre los hechos tal cual sucedieron, ni podrán hacer un relato total del pasado (…) en las memorias el autor hace parte integral de la narración, se ubica en el centro de ella”[6]. También utiliza conceptos y aportes de Michel Desertau y Pierre Bourdieu.

Valga la pena aclarar, que según lo anterior el carácter absolutamente subjetivo de la memoria presenta un problema para la manera de acercase a la fuente ya que esta, como lo explica la autora: “la memoria acentúa y agudiza algunos recuerdos, que corresponden a acontecimientos de épocas distintas, los acumula después sobre un momento determinado”. Lo que implica acercarse a este material de una manera critica. En este punto es preciso cuestionarse la valides de este tipo de documentos. Pero a esto nos responde la autora lo siguiente: “aunque estas memorias sean propias de testigos presénciales y sus versiones se hayan instituido como verdades a fuerza de repetición, son una fuente que se debe leer críticamente, teniendo en cuenta todos estos factores para poder valorar lo que allí se afirma.”[7]

Esta investigación es un valioso aporte en la revisión del material de lo que se ha escrito acerca de esta guerra; y el establecimiento de las dos corrientes encontradas permite ubicar el tipo de material que podamos hallar posteriormente. Considero, que es uno de los textos claves de la investigación que me propongo por que permite establecer algunos rumbos hacia los cuales pude caminar esta necesidad de decantar curiosidades. Finalmente tomemos la conclusión que la autora arrojo tras su investigación: “vemos, pues, que la Guerra de los Mil Días es un episodio que ha sido contado de muchas maneras. Lo importante no es mirar cual de ellas es verdadera, sino percatarse de la manera como la historia juega con determinados hitos para adaptarlos cada vez a nuevos presentes. Las diferentes versiones de las memorias son producto de la situación particular desde la que ese suceso se observe, de los intereses de cada época, de los partidos, de los bandos de los partidos”[8]
[1] Este trabajo es inicialmente la tesis de pregrado en Historia de Brenda Escobar, pero se presenta un resúmen en el compendio de investigaciones sobre Guerras Civiles y religión realizadas por un grupo de investigadores de la Universidad Nacional cede Medellín.
[2] B,Escobar. Op. Cit. 474
[3] El texto del cual la autora extrae los aportes de Hayden White es: White, Hayden. El contenido de la forma. Narrativa, discurso y representación histórica. Barcelona. 1992
[4] Ibíd.
[5] Brenda Escobar. La guerra de los mil días vista a través de las memorias. EN: Ganarse el cielo defendiendo la religión. Guerras civiles en Colombia, 1840-1902.Pág. 466
[6] Ibíd. Pág. 470
[7] Ibíd. Pág. 475
[8] Ibíd. Pág. 477

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