viernes, 19 de septiembre de 2008

Deas, Malcom. “Las memorias de los generales: apuntes para una historiografía de la guerra”. En: Gonzalo Sánchez- Mario Aguilera (Editores). Memoria d

Nota biográfica del autor:

Malcom Deas nació en Charminster, Inglaterra, en 1941. Obtuvo el pregrado en historia moderna de la Universidad de Oxford. A finales del 1963, como muchos otros europeos, llegó por primera vez a Colombia. Desde este momento Deas va a construir una entrañable relación con latino América y en especial, con Colombia. Deas es miembro fundador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Oxford. Ha publicado un gran número de ensayos sobre la historia de Colombia, pero también de Argentina, Venezuela y Ecuador. Entre sus más recientes trabajos sobre historia de Colombia aparecen: Del poder de la gramática (1993) y Dos ensayos especulativos sobre la violencia en Colombia (1995), en compañía de Fernando Gaitán Daza. Deas, es uno de los más importantes historiadores de nuestro país; miembro de la Academia Colombiana de Historia y hace algún tiempo condecorado con la Cruz de Boyacá. Se puede decir, que Malcom Deas, es uno de los más importantes analistas de nuestra realidad histórica, y que ha demostrado un profundo compromiso con esta disciplina.

Resumen:

Este ensayo ofrece un repaso historiográfico de lo que se ha escrito sobre la Guerra de los Mil Días, y la manera como se han elaborado estos textos. Se interesa principalmente por buscar los rasgos más característicos del género de las memorias, en su mayoría escritas por los directores de la guerra. Deas, hace una mención de algunas de los más relevantes textos para la historiografía de ésta guerra, pero se sumerge en el análisis de las memorias de los generales; de las cuales extrae algunas características compartidas. “Existen una serie de temas que aparecen recurrentemente, como, los largos listados de valientes camaradas que perecieron y no merecen el olvido. Mientras que también hay temas que prácticamente son inexistentes o tocados marginalmente, como es el caso de la salud y la logística ciudadana.”[1]

Revisión del contenido y análisis:


Malcom Deas muestra cuales son las principales obras que han trabajado el tema de la Guerra de los Mil Días, entre las que se encuentran: el trabajo de Charles Bergquist Café y Conflicto en Colombia; el texto de Jorge Villegas y José Yunis, La guerra de los Mil Días; el libro de Carlos Eduardo Jaramillo, Los guerrilleros del novecientos, entre muchos otros. Todos, textos que han logrados investigaciones históricas que han reconstruido y analizado la guerra con la claridad que da el paso del tiempo, pero a pesar de los aportes que estos textos le han hecho a la historiografía, el autor explica la importancia de volver los ojos a algunos de los textos escritos por protagonistas de este episodio. Y explica el autor: “La Guerra de los Mil Días produjo cierto numero de memorias formales, escritas por sus protagonistas, algunos de ellos figuras prominentes a nivel nacional, otros participantes con menos pretensiones. No han sido muy estudiadas. Las contribuciones venezolanas y panameñas, por ejemplo, son muy poco conocidas en nuestro medio.”[2]

Deas explica que muchas de las más importantes memorias escritas por participantes de la guerra coinciden con el renacimiento del liberalismo en la década de 1930; y en su mayoría destilan un aire a reivindicación de la actuación del liberalismo durante los pasajes de la guerra, y dice Deas: “La mayoría, como suelen ser el caso de las memorias militares en cualquier parte, tienen la tendencia a atenuar la confusión de la guerra, a presentar estrategias ponderadas, escalafones bien enumerados, maniobras más o menos racionales. Se trata desde luego de la eterna y necesaria vanidad profesional, sin la cual nadie hace el esfuerzo, en primer lugar, de guerrear, y luego de historiar la guerra”[3]

Según el autor, los temas recurrentes en las memorias son: los listados de combatientes muertos en batalla, mientras que hay temas que son tratados de manera poco profunda como es el caso de la salud y la logística cotidiana. Según el autor, ninguna de estas memorias son textos que merezcan el calificativo de obra clásica; en su mayoría son difíciles de leer y de entender y ninguna presenta una narración impecable; pero el valor que tienen las memorias debe ser reconocido por el historiador: “son testimonio de protagonistas: el historiador debe recordar que con todas sus limitaciones ellos sí estaban presentes, y él no. sus mentes son mentes de la época, su modo de expresarse, la selección de los recuerdos, lo que ellos enfatizan y lo que no les llama la atención, son parte de la historia”[4].Los temas que el autor resalta como los más importantes, y los que más le llamaron la atención, fueron: las rivalidades entre los jefes, la diplomacia colombiana y la búsqueda de apoyos internacionales; la guerra a la colombiana; la historia de las fuerzas navales y la fabricación de héroes.

LA RIVALIDAD ENTRE LOS JEFES: Lo primero que se debe aclarar es que las más agudas rivalidades se hacen evidentes principalmente en las filas liberales. La emulación y las rivalidades se dan principalmente en los territorios de Santander y la costa, entre los más notables jefes del liberalismo (Uribe Uribe, Benjamín Herrera, Justo, L. Durán y Vargas Santos). En las memorias se hace evidente, la empatía y la apatía del que escribió las memorias. Esta empatía y apatía se entiende entre personajes en conflicto. Las memorias escritas por Lucas Caballero tienden a Glorificar a Herrera, pues Caballero fue seguidor de éste y por supuesto, se expresa un reclamo hacía Uribe Uribe. Por el contrario, pasa a la inversa con Max Grillo, quien fue el seguidor de Uribe Uribe. Las memorias están construidas en esa dinámica. Vanagloriar a su jefe inmediato y cuestionar a su declarado rival. Deas resalta el valor literario e histórico de las memorias escritas por Belisario Porras, Memorias de las campañas en el Istmo.1900.

LOS APOYOS INTERNACIONAL: Uno de los temas más importantes para entender el desenvolvimiento del enfrentamiento armado, es el asunto de la consecución de recursos -a lo cual Porras brindó un importante aporte-. Con éste fin, tuvieron importante relevancia los gobiernos de los países aliados. –Sobre todo en el caso del liberalismo-. Las tres zonas que cobran mayor importancia son: Venezuela, Ecuador y Estados Unidos. Las dos primera a través de sus gobiernos, y la ultima, mediante los activistas liberales que estaban empeñados a la tarea de conseguir recursos. En este tema aparecen relacionados los distintos presidentes y la manera en que aportaron en el conflicto, los más importantes son: Manuel Estrada Cabrera, de Guatemala; Eloy Alfaro, del Ecuador; Cipriano Castro, de Venezuela y José Santos Zelaya, de Nicaragua.

GUERRA A LA COLOMBIANA Y GUERRA A LA VENEZOLANA: La colaboración que recibió Cipriano Castro de liberalismo colombiano le ayudó a tomar el poder en Venezuela. Y si se hace un análisis comparativo con el fin de establecer cuales eran las diferencias, tal vez la más sobresaliente sea, la dificultad para tomarse la ciudades en la guerra colombiana; en Venezuela el ejército revolucionario marchó hacia la capital y en cuestión de tres enfrentamientos ocuparon el poder; en Colombia la cosa fue distinta, mucho fue el costo que tuvo tomarse cualquier ciudad, puesto, poblado, pueblo etc...

LAS FUERZAS FLUVIALES Y NAVALES: Este es quizá el tema menos trabajado de las memorias, pero sin embargo, fue el más determinante en el campo de batalla. Hay asuntos poco tratados por la historiografía sobre la guerra, como es el caso de la guerra en el Río Magdalena. Asunto que merece mucha atención por que fue uno de los puntos centrales que determinaron al triunfador de la guerra. La batalla de los Obispos aseguró el dominio del río a favor del gobierno, y esta fue una de las estrategias más importantes para detentar el poder en sus manos. Dos de los elementos que aparecen en casi todas las memoria a manera de obsesión, son parque y buques, el problema para conseguirlos y lo importante que era tener armas, municiones y algún navío. El gobierno resolvió el asunto de los buques con el famoso Boyacá y el crucero el Bogotá, para el caso liberal, son el Momotombo, prestado por Nicaragua y el almirante Padilla. Otros de los más importantes navíos de guerra fueron los barcos de la marina norteamericana, ya que aquí se firmaron los acuerdos de paz: el Philadelphia y el Wisconsin. Deas resalta la necesidad de explorar este vació historiográfico, ya que es de notable importancia para entender el desarrollo de la guerra.

Los otros dos intertítulos que el autor trabajo fueron: MOTIVOS HÉROES Y CELEBRACIONES, en el que se expresan los rituales de la guerra, del cual resalto esta pequeña frase “en las memorias se busca lo personal y lo telúrico, las motivaciones de sus autores, sus emociones, las escenas que ellos recuerdan”[5]. Y finalmente concluye con MEMORIA Y MEMORIAS, en el que se expresa que, el primer vació que se encuentra en las memorias es la ausencia, casi total de lo correspondiente a la logística ciudadana y la salud, así como la escasez de documento y narraciones escritas por los conservadores. Otro de los baches más notables, son las relaciones y documentos que den cuenta de los manejos administrativos del Estado en este periodo de conflicto.

Crítica y conclusión: este ensayo es un excelente paneo sobre las más representativas obras de la historiografía de la Guerra de los Mil Días. Extrae importantes rasgos generales que habitan en el género de las memorias, que quizás sea la forma más común que tomaron los documento con mayor valor histórico, ya que nos permiten acercarnos al desarrollo de la guerra. En este sentido considero que es un importante texto para sentar las bases de una futura investigación. En cuanto a sus vacíos, considero que su principal falencia se encuentra precisamente donde el autor resalta los vacíos historiográficos, primero, porque en el caso de la guerra por agua. El autor no hace un análisis de lo que se ha escrito a este respecto, simplemente se limita a advertir la carencia de investigaciones en este ámbito, pero no propone un posible camino para abordarlo. Por otra parte, esta el tema de los rituales de la guerra y la creación de héroes, aquí también se expresa un enorme vació en el texto, ya que se limita a presentar apartes de algunas de las memorias y no hace un análisis hermenéutico de las implicaciones de esto. Por lo que realmente se pude decir que deja cabos sueltos, que son aproximaciones, que en mi caso despiertan interés, pero que el texto no hace ningún aporte a estos dos últimos temas.







[1] Ibíd. Pág. 127
[2]Ibíd. Pág. 126
[3]Ibíd.
[4]Ibíd.
[5] Ibíd. Pág. 132

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